Ritual de transición, cuando estás en un cruce de caminos.
- Una vela blanca o de color natural.
- Un cuenco con agua.
- Un objeto que represente tu liderazgo vibracional.
- Papel y bolígrafo.
1. Preparación
Enciende la vela.
Coloca el cuenco frente a ti.
Ten a mano el objeto y el papel.
Di en voz alta o susurra:
Hoy me siento en el centro del cruce.
No es el inicio ni el final: es el punto donde la visión ya existe,
pero el cuerpo aún camina sobre piedra.
Respira hondo tres veces. Conecta con la sensación de estar entre mundos.
2. La palabra que arde
Toma el papel y escribe una frase por cada una de estas frases incompletas:
- Estoy dejando atrás…
- Ya no cabe en mi vida…
- Aunque duele, sé que…
- Mi liderazgo necesita…
- Mi cuerpo me pide…
- Estoy lista para sostener…
No lo pienses mucho. Escribe lo que salga, aunque sea raro, corto o sin forma perfecta. Luego, lee tus frases en voz alta y deja que el eco te caiga dentro.
3. La ofrenda al agua
Dobla el papel con tus frases.
Toma el objeto de poder entre las manos, cárgalo con lo que acabas de decir.
Pasa el objeto por encima de la vela (sin quemarte), como si recogieras su fuego simbólico, y después acércalo al cuenco, diciendo:
Este tránsito no me define,
lo que me define es lo que en mí sigue avanzando.
Coloca el objeto junto al cuenco.
Puedes sumergir el papel unos segundos en el agua, o simplemente dejarlo al lado como ofrenda.
4. Cierre
Apaga la vela diciendo:
Lo nuevo no espera a que todo esté perfecto.
Ya está conmigo. Ya camina conmigo. Ya soy hogar para lo que viene.
Guarda el objeto contigo como amuleto del tránsito.
Deja secar el papel, y quémalo al día siguiente.