La Leyenda detrás de la Carta «La Rueda de La Fortuna» del Tarot of the Divine.
Comenzaré la leyenda de la forma que tienen los Ashanti de comenzar las historias:
«No queremos decir, no queremos realmente decir que lo que vamos a decir sea verdad. Una historia, una historia; déjala venir, déjala ir…» Cuenta esta historia que hay una araña que tiene todos los cuentos en su poder.
Hubo una época en la que no había historias en el mundo. El dios del cielo, Nyame, las tenía todas. Anansi fue a Nyame y le preguntó cuanto le costaría comprarlas.
Muchos habían intentado comprar las historias que el Dios Nyame tenía, pero ninguno había conseguido pagar su precio: traer a la pitón Onini, el leopardo Osebo, las avispas Mboro y al espíritu Mmoatia.
Anansi, que era muy valiente y quería conocer todas las historias, partió para capturarlos.
Preparó un plan primero para capturar a la Pitón. Cerca del río junto al que vivía la pitón comenzó a debatir con su esposa si la pitón era realmente más larga de una rama de palmera, o como decía su esposa Aso, si la rama de la palmera era más larga que la pitón.
La pitón Onini escuchó la conversación y queriendo demostrar que era más larga que la rama de la palmera, se prestó para colocarse junto a una. Como no podía ponerse totalmente recta, era difícil saber si era más larga o no, por lo que la pitón accedió a atarse a la rama. Cuando estaba totalmente atada, Anansi la llevó a Nyame.
Para capturar al leopardo, Anansi cavó un hoyo profundo en el suelo. Cuando cayó el leopardo, Anansi le ofreció ayudarle con sus telarañas. El leopardo aceptó la ayuda y cuando salió del agujero, estaba enredado completamente en la telaraña de Anansi. Y fue entregado a Nyame.
Para capturar a las avispas, Anansi llenó una calabaza con agua y echó unas gotas sobre el avispero, simulando que llovía. Sugirió a las avispas que se resguardaran en la calabaza. Las avispas entraron en la calabaza y cuando intentaron salir, sus alas mojadas les impidieron volar. Y de esta forma fueron capturadas y entregadas a Nyame.
Quedaba atrapar a Mmoatia. Aso y Anansi tallaron una muñeca y la recubrieron con la resina de un árbol. Durante la noche la colocaron en el árbol donde solían ir los espíritus a jugar junto con un plato de puré de ñame. Cuando el espíritu llegó, preguntó a la muñeca si podía comer un poco de ñame, como la muñeca no respondió, Mmoatia le propinó una bofetada, y su mano se quedó pegada a la misma. Entonces le dio con la otra mano, quedando ambas manos pegadas a la muñeca. Y así Anansi la capturó y entregó a Nyame.
De esta forma Anansi completó el pago que debía hacer para obtener las historias. Y desde entonces pasaron a ser las historias de la Araña.
Y terminaré como terminan tradicionalmente : «Esta es mi historia que he relatado. Si es dulce o si no lo es, llévala a alguna parte y deja de vuelva a mi».