ENCINA

PROPIEDADES MÁGICAS DE LA ENCINA Y LAS BELLOTAS

Las propiedades mágicas de la encina y su uso en el esoterismo quedaron recogidas en este talismán de un antiguo grimorio latino:

«Para ser afortunado en los negocios se tomarán cinco bellotas de encina, cogidas en un día Domingo y en su hora planetaria; se quemarán y se reducirán a polvo. Este polvo se guardará en una bolsita de seda amarilla y se llevará encima«.

De lo que el Grimorio expresa, parece que en este caso, el Planeta que rige a La Encina, es el Sol.

En la mitología grecorromana estaba consagrada a Júpiter.

Rudolf Steiner y Maria Thun la relacionan con Marte.

En concreto Steiner hizo referencia a la relación entre ciertos árboles y el ritmo de algunos planetas, como por ejemplo los pertenecientes a la familia “Quercus” (robles, encinas, alcornoques, etc.) con el planeta Marte. A las coníferas y olmos con los ciclos de Saturno.

LA ENCINA COMO ÁRBOL SAGRADO

 Zeus meditaba debajo de una encina. A Zeus se le consagraron tanto La Encina como El Roble.

En el santuario de Dodona, el murmullo de las hojas de una encina (y del roble) ayudaba al oráculo. Los oráculos en Dodona se realizaban interpretando los sonidos del roble sagrado y el vuelo o el gorjeo de las palomas. Este último procedimiento es la causa por la que a las sacerdotisas se las conociese también con el nombre de «peléades». A mediados del siglo IV a. C., el ateniense Demón cita otra tradición sobre el oráculo de Dodona: contaba que del techo del templo de Zeus colgaban una serie de calderos o trípodes muy juntos entre sí. Como el templo carecía de paredes, el viento golpeaba los calderos y su sonido era el que tenía que ser interpretado por los sacerdotes o las sacerdotisas

En Ayala (Álava), y otras localidades, se encuentran santuarios de Nuestra Señora de la Encina.