No tienes que hacer nada.
Ya está.
Este día está terminado, como una tela que ya fue bordada.
Solo quedate ahí,
que esta historia va a sostenerte un rato.
Dicen que hace muchos siglos,
las mujeres cosían secretos entre las costuras de la ropa.
Pequeñas puntadas que nadie vería.
Una inicial, una cruz diminuta, un hilo de color raro.
Alguien que las amaba sabría qué significaba.
O tal vez, nadie lo sabría nunca.
Algunas bordaban deseos.
Otras, protección.
Había quien lloraba sobre el hilo antes de coser.
Y otras que dejaban mensajes para sus futuras yo.
Palabras que tal vez nadie encontraría jamás…
porque nadie sabía que estaban ahí.
Eran hilos invisibles.
Como los pensamientos antes de dormir.
Como las cosas que sentimos y no decimos.
Y ahora tu estás aquí.
Tal vez también tienes algo bordado adentro,
que no se ve.
Algo que tejiste en silencio,
puntada a puntada,
durante años.
Y aunque nadie lo vea…
eso también te sostiene.